Por algo André Breton decía que México es el país más surrealista del mundo.
Se escribe un capítulo de más de nuestra surrealista historia, digno de una película del Santo. Nuevamente Joaquín Guzmán Loera escapó del Penal Federal de Máxima Seguridad de Almoloya, en un momento interesante de nuestra historia.
Recordemos que en los spots electorales el PRI se vanaglorió de lograr lo que el PAN no pudo recapturar al lider del narco y mantenerlo en prisión. El mismo presidente Enrique Peña Nieto dijo hace un año que sería imperdonable que escapara de nuevo.
Y lo hizo, en su cara, pasadas las elecciones, en medio de un viaje a Francia del secretario de Gobernación, ¿cuál es la reacción de nuestro presidente? Irse a París por supuesto. Esa es la más clara muestra del liderazgo que caracteriza su gobierno, un episodio más de la huida al baño en la Ibero.
Es remarcable la forma en que el Chapo salió, imposible de lograr si no hay alguien desde dentro para al menos proporcionar los planos a quienes construyeron el puente. La llave que abrió la puerta se llama Corrupción.
Por cierto, llevense a los trabajadores del tunel a reparar la linea 12, al cabo que ya trabajan para el gobierno ¿no?
Una más, todo mundo hablando del Chapo mientras tanto el gobierno inicia la Ronda Uno, ¿coincidencia?