17 mayo, 2012 By jhapik

La guerra sucia en las redes sociales

La gente que no participa habitualmente en las redes sociales se lleva una mala impresión de ellas, debido en gran parte a los abusos que se cometen desde las mismas, como la actual guerra sucia que atestiguamos. Mensajes cargados de inquina que en la convivencia cotidiana sería impensables, en las redes sociales se desarrollan impunemente, favoreciendo a los más diversos intereses, entre ellos los de los partidos políticos que han hallado en ello el terreno ideal para emprender campañas de desprestigio, odio y desinformación; justamente los ingredientes que en las elecciones del 2006 allanaron el camino a Felipe Calderón para convertirse en titular del Poder Ejecutivo «haiga sido como haiga sido».

Un acarreado digital del PRI

Compartir publicaciones denostando a tal o cual candidato, hacer mofa de sus pifias, sacar de contexto sus declaraciones, son las maneras más usuales en las que los usuarios expresan su descontento hacia el estado de cosas; no obstante, más allá de la crítica ejercida por las personas comunes, existen sujetos ambiciosos y carentes de principios que se alquilan para difamar y destruir el mensaje político del rival en turno. Son los testaferros de los actores políticos que no quieren desgastar su imagen en estas labores zafias.

Estos modernos «acarreados digitales», lo mismo colocan Trending Topics en Twitter, que se lían en discusiones disparatadas en los comentarios de YouTube o publicaciones de Facebook. Están ahí para diseminar rumores y verdades a medias; en la práctica, se convierten en los mejores sofistas al pasar de la acusación al papel de víctimas que, cuando conviene, apelan a la libertad de expresión y a la democracia. Cuando son capaces de enervar a su oponente, se ostentan como los campeones de la retórica, soberbios reyezuelos cuyo dominio es el lugar común y su consorte un perfil falso del sexo opuesto que se creó para aparentar ser popular en cada crisis.

Los medios masivos de comunicación eventualmente hacen eco de este tipo de expresiones para cumplimentar su propia agenda. No es extraño encontrar en los noticieros referencias al tema de la política en los trending topics de Twitter, como si este no hubiera sido impulsado por un ejército de pazguatos que por cantidades ridículas o la promesa de un puesto «cuando gane el candidato» se dan a la tarea de publicar una letanía de injurias. Por el contrario, cuando hay un tópico desfavorable, los infelices hacen crecer artificialmente dos o tres temas insulsos.

Erróneamente se ha llamado «bots» a este tipo de colectivos. No lo son; a lo más, llegan a usar la funcionalidad de «tweets programados» que ofrecen algunos clientes de Twitter y que permiten publicar en un horario determinado. Un bot, en este contexto, es un programa que publica tweets sin necesidad de la intervención de una persona; sin mencionar otros detalles técnicos. Dichos colectivos están conformados por individuos medianamente preparados en cuestiones tecnológicas, cada uno crea tantos perfiles como puede y se dedica a replicar los contenidos que le hayan sido encomendados.

Cuando un Trending Topic sea de naturaleza ofensiva, conviene no usar la misma hashtag para referirse a él; ya que, de otra manera, abona para que siga siendo considerado en las tendencias. Lo recomendable es omitir mencionarlo; bastantes cuestiones más apremiantes hay por las cuales levantar la voz, que no hay que desgastarse evidenciando la estulticia. Mismo consejo merece la interacción con los usuarios incordios (los llamados trolls), si estos son pagados, su patrón apreciará su labor; si actúa por iniciativa propia, habrá tenido su recompensa en llamar la atención de un completo desconocido.

Todos estos afanes de la «cargada virtual», me recuerdan una fábula que relata el caso de un desdichado que se quejaba por tener que recoger los excrementos de los elefantes en el circo donde trabajaba; cuando un amigo suyo le sugirió la idea de abandonar aquella deplorable ocupación, el empleado reaccionó airadamente: «‘¿Y dejar la industria del espectáculo?, ¡estás loco!».

COMMENTS

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Ah! me gusto el texto, aunque te deja con ganas de ahondar más en el mecanismo de los ‘bots’ pues la pregunta es si habría manera de contrarrestarlos o inhabilitarlos, porque apelar a no interactuar con ellos dificilmente va a funcionar, pero el comentario final con la fabula de los elefantes cae como anillo al dedo!
Saludos!

El verdadero problema aqui ni siquiera es que las personas no sepan que es o como funcionan las redes sociales ( que en principio deberian saberlo, por que estan dentro de ella todos los dias «La Familia» ) aqui lo que esta mal son los valores tan pobres que tienen las personas que se prestan a esas cosas, nosotros tenemos la obligacion de luchar por esos valores y de luchar por nuestros ideales, si nos quedamos indiferentes en esto seriamos igual de tontos que las personas que se prestan a esas mentiras.

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