Mientras Eva Alarcón y Marcial Bautista, ambientalistas de la Sierra de Petatlán siguen desaparecidos se ha denunciado la desaparición de 17 personas que habitaban en un pequeño poblado en la Sierra de Guerrero.
Sólo una mujer a punto de parir fue dejada detrás mientras que mujeres y menores de edad fueron «levantados». Los hechos quedaron registrados en el acta AZUE/SC/01/1145/2011 ante la agencia del Ministerio Público del fuero común en Zihuatanejo.
El Gobierno insiste en que no puede confirmar la desaparición de las 17 personas pero que al igual que el caso de los ecologistas de Petatlan se están abriendo las investigaciones correspondientes.
Los motivos o causas de la desapariciones en ambos casos no se puede saber a ciencia cierta pues al igual que en otros casos donde el crimen organizado se ha enfrentado a ejidatarios por la toma ilegal de tierras y explotación de zonas protegidas como Cherán en Michoacán, los grupos ecologistas del Estado de Guerrero pudieran estar tocando intereses.
El crimen organizado no sólo se ha dedicado a matar personas, lavar dinero y transportar estupefacientes hacia el Norte donde se encuentra el principal consumidor de la región, Estado Unidos, ahora también se encuentra buscando oportunidades de aumentar la producción local y por lógica es terreno fértil lo que hace falta.
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Miestras familiares e integrantes de los grupos ecologistas piden la pronta acción de las autoridades las horas corren y el tiempo se vuelve crítico para poder recuperar con vida a estas personas. Tienen testigos, nombres y posibles causas, lo suficiente para poner en marcha no sólo la investigación en tribunales, sino las acciones concretas que ayuden a resolver estos dos casos, dos de muchos otros dentro y fuera de la entidad.